El estilo de vida occidental, hace que desarrollemos predominantemente las funciones racionales que lleva a cabo el hemisferio izquierdo del cerebro, en detrimento de las sensoriales que corresponden al lado derecho. Esto nos hace más racionales y menos perceptivos e intuitivos. En general, se considera que la intuición, la imaginación, la subjetividad y el sexto sentido, facultades del hemisferio derecho del cerebro (que hacen posible la Radiestesia), son vistas como formas no válidas de obtener información y por lo tanto son cualidades reprimidas desde la infancia. Sin embargo, tales facultades cerebrales, pueden ser estimuladas y desarrolladas.
No se trata de un “don” de ciertos elegidos. Todos tenemos un sexto sentido y una capacidad potencial de intuición y percepciones extrasensoriales (más allá de los sentidos físicos); pero la mayoría nunca llega a desarrollarlos significativamente y menos aun a controlarlos. Algunas personas tienen más facilidad que otras para usar el péndulo u otros instrumentos de radiestesia. Son personas que tienen un mayor desarrollo de su hemisferio cerebral derecho que hace posible esta conexión. La Radiestesia les facilita hacer consciente lo que es inconsciente, pero que ha sido detectado, intuido o descubierto por el sexto sentido, su percepción extrasensorial y otras funciones del hemisferio cerebral derecho.
De cualquier manera, la Radiestesia es una técnica y tiene que aprenderse. Se requiere preparación y práctica para su dominio exitoso. Captar las radiaciones emitidas por nosotros mismos, por los cuerpos y formas de energía que nos rodean, por materiales o energías menos tangibles, como ideas y pensamientos, requiere entrenamiento.
¿Es realmente el péndulo un instrumento “con poderes”?
Es cierto que el péndulo es un instrumento, y sólo eso. No hay que reverenciarlo ni rendirle culto, pues no es él quien da respuestas, ni representa ninguna entidad, ni nada por el estilo. Es un instrumento, una herramienta.
El cincel y el martillo son herramientas necesarias para hacer una escultura, pero jamás harían su trabajo sin la intervención del escultor, ni son su inspiración, ni siquiera pueden darle una opinión ni informarle nada. Son herramientas. Sólo eso. Así es el péndulo para el radiestesista. Sin el radiestesista el péndulo no tiene ningún poder. Luego el poder está en la persona. El péndulo es como el sismógrafo que pone en evidencia los movimientos a veces imperceptibles de la corteza terrestre. Así él hace evidentes respuestas que internamente ya hemos captado, sin estar conscientes de ello.
Si quieres oír tu voz interior, puedes entrenarte en la meditación. Pero, si esto fallara, el péndulo, tomado como instrumento sensible que refleja tu respuesta interior, sería como un "altavoz". No es la Voz.
Marinella Botello
Profesora de Radiestesia, Tarot Egipcio y Limpieza y Protección Energética