Radiestesia es un neologismo. Sus raíces son: radium del latín, que se traduce como ‘radiación’ y del griego aesthesia: ‘percepción por los sentidos’ o ‘capacidad de sentir’ (derivado de aisthesis: ‘percepción’). Pero veamos una definición ya clásica de RADIESTESIA:
"La Radiestesia podría ser la facultad que poseen todos los individuos, consistente en hacer surgir de ellos un ESTADO CONSCIENTE capaz de sustituir a los cinco sentidos normales. Dicho de otro modo, una especie de SEXTO SENTIDO que permite obtener revelaciones concernientes al pasado, al presente y a veces incluso al futuro." (Michel Moine, Guide de Radiesthésie, Editions Stock, 1973)
Con esta definición de Moine partimos de un hecho claro y objetivo y es que la Radiestesia no es una ciencia, sino una facultad. Ella busca detectar, por medios sensoriales, ciertos tipos de radiación, con ayuda de un instrumento, entre otros, péndulo y varillas, aun conocidos por no radiestesistas.
Esta disciplina se conoce desde hace miles de años, lo cual queda demostrado por restos arqueológicos encontrados en Egipto y grabados chinos muy antiguos donde se ven personas que utilizan varillas y péndulos.
Antiguamente conocida como Rabdomancia, del griego rhabdos: ‘vara’ y manteia: ‘adivinación’, se empleó para detectar corrientes de agua, vetas de minerales, lagos subterráneos, etc., práctica que se ha denominado con mayor precisión geopsicometría (variante de la psicometría), rastreo de la psiquis por el interior de la Tierra. En este caso, el psíquico utiliza varillas o péndulo para captar la respuesta y percibir el lugar indicado a sus búsquedas. Aun se practica el uso de varillas en el campo para detectar corrientes de agua y así poder hacer pozos para el consumo humano o riego.
El uso del péndulo tiene aplicaciones en muchos campos, ya sean físicos, mentales o emocionales, pues cada hecho u objeto posee, incluso el pensamiento, y emite ondas de energía susceptibles de ser captadas mediante los instrumentos.